
En esa visita, tras una larga entrevista con el neurólogo, este en su informe fue el primero que ya puso la posibilidad clara de que tuviera TGD, mandando muchas pruebas para hacer. La sensación al volver de esa visita al neurólogo no fue ni buena ni mala, era simplemente de ignorancia. No siendo consciente del todo de lo que suponia ese diagnóstico.Algunas de las pruebas realizadas en J. fueron muy desagradábles visualemente para mi y fisicamente para el. En esa fase yo tampoco quise pensar en más de lo que no fuera el dia a dia de esas pruebas que a mi ya me hacian ver de que se trataba de algo sério. Como en todo ese tiempo nadie nos habia explicado lo que iba suponer el futuro tanto para el como a nosotros, en mi interior yo solo pensaba que serian solamente una série de pruebas que seguro que saldrían bien y que el niño mejoraria rapidamente como si se tratara de una simple gripe más larga de lo normal. Poco a poco vas viendo que ha
y un estancamiento y a su vez ve como hay un gran avance en los niño
s de su edad. Con lo cual es evidente que las diferencias son mucho mas grandes.
Después de todas esas pruebas nos recomiendan empezar terapia con una psicóloga y con una logopeda. Estando los dos (padre y madre) muy perdidos porque no sabíamos a donde nos dirigiamos. Esta primera visita con la psicóloga-logopeda a la vez a sido el momento mas duro que sufri, por la dureza, contundencia, falta de humanidad y precipitación por parte de ella ( ya que no daba ninguna esperanza de un avance importante apesar de la temprana edad de J.). En esos momentos hubo un hundimiento psicológico familiar importante, en el cual yo nunca perdi la esperanza y preferi vivir el dia a dia, valorando muchisimo cualquier avance de J. y pensando siempre en la fuerza y alegria que el me demostraba ( las cuales me contagiaban y no me dejaron caer y viendo sus terapias y esfuerzos diários como algo normalen el camino que el tiene que seguir). Mi mujer lo sufrió de una manera muy intensa. Yo me senti con fuerzas para ayudarla en ese trance, pero no solo de fachada para fuera, porque en mi interior lo sentia que realmente conseguiríamos. Siempre estuve optimista de que todo saldría bien. Creía en J. plenamente porque como yo digo: "es un campeón".


Después de todas esas pruebas nos recomiendan empezar terapia con una psicóloga y con una logopeda. Estando los dos (padre y madre) muy perdidos porque no sabíamos a donde nos dirigiamos. Esta primera visita con la psicóloga-logopeda a la vez a sido el momento mas duro que sufri, por la dureza, contundencia, falta de humanidad y precipitación por parte de ella ( ya que no daba ninguna esperanza de un avance importante apesar de la temprana edad de J.). En esos momentos hubo un hundimiento psicológico familiar importante, en el cual yo nunca perdi la esperanza y preferi vivir el dia a dia, valorando muchisimo cualquier avance de J. y pensando siempre en la fuerza y alegria que el me demostraba ( las cuales me contagiaban y no me dejaron caer y viendo sus terapias y esfuerzos diários como algo normalen el camino que el tiene que seguir). Mi mujer lo sufrió de una manera muy intensa. Yo me senti con fuerzas para ayudarla en ese trance, pero no solo de fachada para fuera, porque en mi interior lo sentia que realmente conseguiríamos. Siempre estuve optimista de que todo saldría bien. Creía en J. plenamente porque como yo digo: "es un campeón".

Yo sabia que J. tenia que seguir una via diferente del resto de los niños, pero que al final esos caminos se cruzarán y eso me hace seguir fuerte y confiado dia a dia...
David